Muchas personas intentan dejar de fumar, pero no lo consiguen de inmediato. La nicotina presente en el cigarrillo es muy adictiva y romper el hábito es difícil, especialmente cuando uno lo intenta solo. La mejor manera de dejar de fumar es buscando la ayuda de un médico o consejero que se haya capacitado como especialista en el tratamiento del tabaco. Esa persona puede guiarlo por la terapia conductual, además de ofrecerle tratamientos médicos autorizados que posiblemente le ayuden a dejar de fumar para siempre.
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La terapia conductual para dejar de fumar puede abarcar una amplia variedad de actividades de la vida cotidiana y generalmente implica reemplazar comportamientos viejos por nuevas rutinas no vinculadas con el hábito de fumar.
El consejero podría sugerirle, por ejemplo, que procure evitar los lugares o las actividades donde usted generalmente fumaba y que cuando salga, mejor acuda a lugares donde no se permite fumar. Al ir a trabajar, si existe una zona designada para fumadores cerca de la entrada, use otra ruta alterna para llegar a su lugar de trabajo. Esfuércese todo lo posible por pasar tiempo con personas que no fuman o que también desean dejar de fumar.
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Puede también ayudarle realizar otros cambios que, aunque pequeños, son importantes: deseche todos los cigarrillos para que fumar se torne en un inconveniente para usted; deje los encendedores de bolsillo en el auto u otro lugar inaccesible cuando vaya a trabajar o llegue a casa; mastique chicle mientras conduce o tome otras rutas diferentes para llegar a sus destinos habituales a fin de concentrar su atención en el entorno y no pensar en fumar; levántese de la mesa apenas termine de comer; y si usted suele fumar con una taza de café o una copa de alcohol, beba agua, gaseosa o té en su lugar.
Los cambios conductuales pueden ser muy útiles, pero por sí solos no son suficientes para dejar de fumar. El ansia y los síntomas de abstinencia de la nicotina pueden ser poderosos cuando uno intenta dejar el cigarrillo, pero afortunadamente existe una gama de medicamentos seguros, eficaces y autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos que pueden ayudarlo.
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Dentro de los medicamentos están incluidas las terapias de reemplazo de la nicotina, disponibles sin receta médica, como los chicles o los parches y caramelos con nicotina que también se adquieren sin receta médica, igual que el rociador nasal con nicotina y los inhaladores de nicotina. Además, otros medicamentos de venta bajo receta médica también pueden resultar útiles, como por ejemplo, el bupropión que puede ayudar a controlar el ansia por la nicotina, o la vareniclina que puede reducir los efectos agradables de fumar y disminuir los síntomas de abstinencia de la nicotina.
Algunas personas han intentado con los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vaporizadores eléctricos o e-cigarrillos, como medio para dejar de fumar; pero los médicos de Mayo Clinic no recomiendan ese método.
A fin de brindarse la mejor oportunidad para dejar de fumar, busque la ayuda de un profesional médico que sepa sobre el tratamiento del tabaquismo, pues juntos podrán diseñar una táctica que le permita dejar de fumar y mantenerse libre de tabaco. Vale la pena el esfuerzo porque los beneficios para la salud de no fumar son enormes y empiezan a acumularse casi inmediatamente después de dejar el hábito.